agosto 01, 2011

Me acobardó la soledad y el miedo enorme de morir lejos de ti ¡Qué ganas tuve de llorar sintiendo junto a mí la burla de la realidad! Y el corazón me suplicó que te buscara y que te diera mi querer. Me lo pedía el corazón y entonces te busqué, creyéndote mi salvación y ahora que estoy frente a ti parecemos, ya ves, dos extraños. Lección que por fin aprendí ¡cómo cambian las cosas los años!